Tras la solicitud hecha por Marco Martín, vecino de la Villa, en el año 1618, ofreciéndose a costear todos los gastos de las obras para la fundación de un Convento para que los Capuchinos se establecieran en la Villa, se colocó la primera piedra el 4 de enero de 1619 en las afueras de la misma. Posteriormente, Marco Martín tomaba los hábitos como F. Tomás de Xérica. Con la peste bubónica se convirtió en hospital, y entre los años 1716 y 1767, Nicolás Camarón realizó la imagen de la Divina Pastora, a la que los Capuchinos y toda la población rindieron devoción. Según un estado de las rentas de los conventos hecha el 21 de marzo de 1764, habían en el Convento 24 religiosos.

El 20 de febrero del 1821 se suprimió dicho Convento, siendo clausurado definitivamente en el año 1835. Del antiguo Convento, apenas quedan datos y, mucho menos, restos del mismo.

En la calle Don Pablo Barrachina se puede observar, al final de la misma, lo que debió ser un pasillo de piedras pertenecientes al claustro, y en medio de este, una rejilla para la evacuación del agua de lluvia.

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