Historia
Vistabella estuvo habitada por íberos, romanos y musulmanes. En el s. XIII fue conquistada por el rey Jaime I, y su primera carta de población fue otorgada en 1251. El pueblo fue propiedad de la Orden de los Templarios y, más tarde, de la de Montesa. Junto con otros siete pueblos del Maestrazgo, formó la Setena de Culla, unión para defender derechos de ganadería y pastos.
Durante los s. XVI y XVII la industria de la lana y los tejidos hicieron que Vistabella se convirtiera en uno de los pueblos más prósperos del Maestrazgo, gracias a su gran actividad textil.
En la Guerra de Sucesión del s. XVIII, Vistabella apoyó a Felipe V y los partidarios de Carlos de Austria la asediaron, secuestrando a varias personas. Durante la Guerra de la Independencia del s. XIX, el guerrillero Asencio Nebot, instaló aquí un cuartel de lucha contra las tropas de Napoleón y en 1812 se produjo una batalla contra el general Suchet, causándole numerosas bajas. Después, fue bastión carlista y hubo una batalla contra las tropas liberales en 1835. Además, en Vistabella se instaló un taller litográfico donde se imprimió el primer sello de la historia valenciana, y los periódicos: "El volante de la guerra", boletín oficial del ejército carlista, y "La Vanguardia".
Su población superaba los 2.500 habitantes en 1910, y durante la Guerra Civil quedó en zona republicana, viviendo los avances del ejército franquista, que llegó por el frente de Teruel.
Medio Social
La segunda mitad del s. XX Vistabella sufrió una acusada emigración, hasta que la población quedó estabilizada, ya en nuestro siglo. Actualmente, sus habitantes se ocupan en los sectores de la agricultura y ganadería, construcción y servicios. Destaca por su amplia oferta de turismo activo, alojamiento rural y restauración, siendo una de las poblaciones con más atractivos turísticos del interior de Castellón.
Recorrido urbano
Vistabella posee diferentes Bienes de Interés Cultural con categoría de monumento. La villa, de origen medieval, conserva gran parte de la muralla que protegía el pueblo y que fue restaurada en el 2013 en sus principales tramos. También se conservan un torreón y dos portales de acceso al recinto amurallado, el Portal de Sant Roc y el Portal del Forn.
La iglesia parroquial de la Asunción, de principios del s. XVII, es la obra arquitectónica más importante del Renacimiento en Castellón. Su estructura combina el lenguaje clasicista con reminiscencias góticas, que podemos encontrar en sus bóvedas de crucería estrelladas. En ella destacan también la torre-campanario, de 30 metros de altura y la portada principal a modo de fachada-retablo de varios pisos, donde se superponen columnas dóricas, jónicas y corintias.
El pueblo posee otros bienes integrantes del Patrimonio Cultural Valenciano, como la ermita de Loreto, del s. XVI y estilo gótico tardío, o la portada románica del cementerio, situada junto a la ermita de Sant Antoni, del s. XVIII. El Palacio Renacentista fue residencia del rey de la Corona de Aragón Pedro IV, el Ceremonioso, en 1338, y tiene adosada la Antigua Prisión, construcción medieval que conserva la celda donde eran recluídos los presos. La Casa-Palacio, Polo-Bernabé, es una casa señorial del s. XVIII propiedad de la familia introductora de la naranja en Valencia. Cuenta con capilla y salones decorados con pinturas murales, y fue utilizada como hospital durante la Guerra Civil. Finalmente, la ermita del Calvario se trata de una pequeña construcción del s. XVIII situada en lo alto del monte del mismo nombre, desde donde se observa una panorámica espectacular de Vistabella.
Paisaje
Con sus 1.813 metros de altura, el Parque Natural de Penyagolosa representa la cima de los territorios de habla valenciana, siendo un hito bandera para el pueblo valenciano y un referente del excursionismo, atravesado por el GR-7 y el GR-33. Se trata de una montaña considerada sagrada y mágica, desde la cima de la cual se puede divisar, en días claros, desde el Delta del Ebro hasta el Montgó, pasando por las Islas Baleares. En él encontraremos la microrreserva vegetal del Barranc de la Pegunta, espacio con plantas y árboles protegidos. Además, el parque natural cuenta con 3 zonas de acampada para grupos, y una libre.
A sus piés encontramos el Santuario de Sant Joan de Penyagolosa, el centro místico y espiritual más importante de la provincia, manifestado en las rogativas y procesiones, que desde todos los pueblos de alrededor se dirigen a él desde la Edad Media. La procesión más importante, es la de los Pelegrins de Les Useres, el último viernes de abril.
Con 151 km. cuadrados, el término municipal es uno de los más extensos de la provincia y su altura media ronda los 1.100 metros. Las abundantes precipitaciones y los grandes desniveles posibilitan la existencia de múltiples parajes, de una biodiversidad extraordinaria. Además, el 80% del término está cubierto de bosque y en él hay especies raras, endémicas o amenazadas, así como árboles monumentales. En su mayor parte, es Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).
Con sus 35 km. cuadrados, el llano o “Pla de Vistabella”, representa uno de los altiplanos más importantes de la Península, siendo un antiguo lago rodeado de montañas, atravesado por una rambla, que al no encontrar salida filtra sus aguas mediante los misteriosos sumideros del Quinyó. En su fértil tierra se cultivan patatas, cereales y trufas.
En el cañón del Montlleó encontraremos pozas y nacimientos de agua, además del maravilloso “Pont Romà”, o de las Maravillas, de construcción medieval. En la Sierra del Boi se hallan los restos del castillo musulmán del Boi y la ermita gótica de Sant Bertomeu, además de diversas pinturas rupestres. Otros atractivos son, las masías y construcciones de piedra en seco, así como las fuentes con propiedades medicinales, y nevadas entre otoño y primavera.
Gastronomía
La gastronomía de Vistabella es rica y variada y en ella encontramos alimentos con nombre propio como la “pataca de Vistabella”, la trufa negra y de verano, o setas como el rovellón, el edulis o la seta de cardo.
El plato elaborado más característico es la "tortilla d’arròs”, olla donde el ingrediente principal es una tortilla de arroz que se cuece con el caldo. También destacan las ollas de judías o garbanzos, la paella con "pilotes" y el “principi”, elaborado con sangre, huevo y almendra. En cuanto a las carnes, la más característica es el "perol", una conserva de lomo, costilla y longanizas, pero también hay embutidos como botifarras de arroz y cebolla, longanizas y chorizos, destacando las "llonganisses seques". La carne de cordero a la brasa o guisada a modo de "tombet" es otro plato tradicional, así como el "tombet" de conejo.
En cuanto a los postres destaca la cuajada, y en la repostería salada, el "coc de sal i oli". El dulce más peculiar es la "cascaranya", con masa de aceite, azúcar y anisetes, pero también encontramos "pastissets" de calabaza, boniato o cabello, "rotllets" de anís o "figues albardaes", que son buñuelos rellenos de higo seco.