Vilafranca ha tenido dos ermitas dedicadas a la santa mártir. La primera estaba situada en el lugar conocido como “els bassis de Santa Bàrbara”, cerca del “Barranc de la Fos” y del “Pou de la Llàmia”. Aquella ermita antiguamente estuvo dedicada a San Roque. Cuando se construyó la ermita actual en el año 1704, y al quedarse la primitiva sin santo titular, la dedicaron a Santa Bárbara.

Pero no duró mucho esta dedicación, por cuanto no estaba emplazada en un lugar accesible para ser visitada frecuentemente. Por eso, el rector de la parroquia, el Ayuntamiento y los devotos del pueblo pidieron permiso al Obispo para levantar una ermita nueva junto al camino histórico del pueblo a la ermita de Nuestra Señora del Losar.

El templo actual fue edificado entre el año 1773 y 1794. Se tardó tanto tiempo porque se erigió absolutamente a base de limosnas.

Arquitectónicamente, se trata de un esbelto edificio, de proporciones perfectamente estudiadas, de rasgos muy austeros y con elementos neoclásicos y barrocos. Consta de tres naves, separadas por pilastras con capiteles corintios, que sostienen una cúpula con ornamentación decorativa.

La ermita conserva los frescos y las pinturas originales de la época de su construcción: la parte frontal del templo la ocupa la escena del martirio de la santa; las cuatro pechinas que sostienen la cúpula están decoradas con los frescos de cuatro santas vírgenes de la antigüedad cristiana, como son santa Catalina, santa Apolonia, santa Quiteria y santa Casilda; el resto de la ermita también está ornamentada con elementos florales, geométricos, etc. Toda la decoración ha sido restaurada recientemente con gran éxito.

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A la salida de la población dirección el Llosar