Se trata de una de las festividades más antiguas de la provincia, en 1546 nace la primera cofradía, la Cofradía de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Las procesiones, recrean y ensalzan un aspecto de la grandeza de Jesús. En ellas, participan todas las cofradías, ataviados con sus vistosos uniformes compuestos de túnica, capa y caperuza cónica en la cabeza, se convierten para el espectador en una importante lección catequética del misterio de la Redención que son esos diecisiete pasos, obra de prestigiosos escultores; de tambores y bombos, bandas de música, bandas de tambores y trompetas, constituyendo en sí la participación en las procesiones más numerosas de toda la provincia castellonense.