El núcleo antiguo de Artana bien merece una tranquila visita. De claro trazado musulmán, con estrechas callejuelas que giran y se retuercen desde la iglesia. hacia la parte alta, los diferentes barrios van mostrando sus encantos: antiguas casas de paredes encaladas y ventanas en azulete, calles empedradas y frescas fuentes, preciosas vistas sobre el pueblo y, lo más curioso, infinidad de coloridas capelletes de azulejos sobre las paredes, repartidas por todos lados y dedicadas a diferentes santos y vírgenes que son, al final, los más vigilantes patronos de la villa, cuidando de la población artanense a su quieta manera. Destacan también en el centro histórico varias casas de estilo modernista popular, algunas muy dignas de ver.

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