Construida a finales del siglo XVIII o principios del XIX -su primera cita documental data de 1818-, se conserva en perfecto estado.
Es un templo de paredes de mampostería con revoque, reforzadas por un contrafuerte en cada uno de sus lados. Consta de tres cuerpos de diferente altura: la capilla propiamente dicha, con cubierta de tejas a dos aguas y espadaña de ladrillos en su hastial, la sacristía a la cabecera y un porche a los pies, éstos dos últimos con cubierta independiente. Este pórtico previo, con techumbre de vigas de madera y poyos corridos, tiene un acceso frontal en amplio arco de medio punto. En el lateral izquierdo no existe abertura pero si en el derecho. Junto a una fuente adosada a la fachada, una escalera de piedra con barandilla de forja salva el desnivel del terreno. El interior es de una sola nave dividida en dos tramos por arcos de medio punto que apoyan en pilastras, con piso de losetas de barro cocido y cubierta de bóveda de cañón con lunetos. Hay que destacar una pila bautismal de piedra, procedente de la iglesia parroquial. La imagen de la titular preside el retablo del altar en madera tallada, de moderna factura tras una restauración.
En ella se celebra la Pascual del Rollo (Pentecostés), y el canto de la prosa en diciembre.