Habiendo sido conquistada la Villa de Burriana a los musulmanes, el monarca (Jaime I), cofundador de la Orden de la Merced, cede a los mercedarios diversas propiedades rústicas y urbanas en la Villa de Burriana y su término. Aceptado el ofrecimiento, en 1594 el Ayuntamiento de la villa cede a la Orden de la Merced la ermita de San Mateo y posteriormente se comienza la construcción de un convento adosado al ermitorio. Éste fue destinado por sus superiores a “Casa de Recolección para los frailes que quería vivir con más estrechez”, posiblemente a causa de la pobreza de sus instalaciones. Entre los mercedarios que habitaron este convento se encuentra el beato Ripollés quien falleció entre sus muros a la edad de 27.
En 1738 se acuerda la demolición de la antigua ermita de San Mateo, para construir en su lugar un templo más amplio, de estilo neoclásico y de planta rectangular conformada por tres naves y un crucero.
En 1812 los mercedarios son desalojados por las tropas invasoras francesas, de manera que el convento pasa a ser cuartel de las tropas del mariscal Suchet, convirtiendo templo en cuadra de caballos. Al ser desalojados los franceses, retornan los frailes, pero con el decreto de Desamortización de 1836, los Mercedarios abandonan definitivamente Burriana. Así pues, el convento pasa a manos del Ayuntamiento con la condición de que el mismo sea utilizado con fines públicos albergando escuelas públicas, casa de maestros, Ayuntamiento, almacén municipal, biblioteca pública o prisión.
Sucesivas reformas lo han afectado, destacando la de 1991 que convierte el claustro en el “Centre Cultural la Mercé”, ofreciendo nueva sede al “Museu Arqueològic Municipal“.
Datos
- Plaza la Mercé, s/n
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