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Iglesia de la Sangre o de Santa Margarita


Onda

La Iglesia de La Sangre, no sólo es uno de los templos más importantes de la ciudad sino además, destaca a nivel regional por sus características como templo enmarcado dentro del estilo “románico de transición o de conquista” muy difundido a partir de la Reconquista de Jaume I “el Conquistador” a partir del año 1250, bajo la advocación de Santa Margarita.
Es este el primer templo cristiano construido después de la conquista, tal vez durante la segunda mitad del siglo XIII, cuando Onda es sede de la Encomienda de la Orden del Hospital, la cual ostenta el señorío de Onda desde 1280. En 1305 se atestigua que esta iglesia era el lugar habitual de reunión del Consell de la Vila.
Se trata de un edificio de estilo románico de transición al gótico, muy propio de la Reconquista: la portada exterior de sillería de tradición románica con alguna decoración escultórica e interior sobrio y sencillo con cubierta de madera. Este estilo austero se fundamenta en la utilización del templo no sólo para fines religiosos, sino también para actos civiles, extremo que se confirmó con la utilización del templo para la firma del deslinde entre los términos de Onda y Vila-real.
El templo fue edificado en poco tiempo, a tenor de sus características constructivas, puesto que la piedra se nos presenta poco trabajada en sus estructuras básicas. Salvo los arcos y la portada exterior, hechos en piedra tallada bien escuadrada, el resto del edifico, como las paredes, están realizadas en su mayor parte con mampuestos ordinarios unidos con mortero de cal.
La portada exterior, con un friso cuadrado que enmarca tres arquivoltas de arcos de medio punto, está incompleta por haber desaparecido las jambas laterales. Sin embargo, responde a las mismas características de otras portadas valencianas de la misma época pudiendo aventurar que a la izquierda encontraríamos un capitel con hojas de acanto y a la derecha otro con palmetas. Estos motivos decorativos vegetales tienen estrecha relación con la Virgen María; las Palmetas aluden a la Virginidad y maternidad de María (según podemos leer en Cant. 7,8) y las hojas de acanto al fruto del vientre de María: Cristo como esperanza de Salvación (Mc. 2, 17).
Respecto al interior, consta de una sola nave con cuatro arcos diafragmáticos que soportan directamente una cubierta a dos aguas con artesonado mudéjar en el que la madera de la armadura aparece decorada con motivos geométricos y escudos heráldicos, algunos de los cuales pertenecerían a algunas familias nobles que realizaron aportaciones económicas para la construcción de la iglesia. 


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