Catí

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Bienvenido a este viaje que descubre Catí por los cinco sentidos: pasión, misterio, sabor, emoción y dulzura. Toda una embriagadora experiencia.

Aislada del ruido, inmersa en la serenidad del mundo rural, repleta de callejuelas estrechas, ventanales enrejados y escudos blasonados, encontramos Catí, escenario de historia, mitos, leyendas y lugares sagrados como l’Avellà. En conjunto, Catí es una excepcional muestra de asentamiento medieval que todavía conserva su trazado urbano original, salpicado de muestras de arquitectura de la época, además de los numerosos escudos y emblemas medievales que adornan sus edificios religiosos y las casas señoriales, ejemplos del mejor gótico civil del Maestrat.


Medio Social


Su actividad económica se centra en la ganadería, con una fábrica de piensos, un matadero de conejos, una fábrica de quesos y otras actividades como la de la planta embotelladora y la fabricación de muebles.

Recorrido urbano


Catí posee  un notable atractivo medieval en sus bellos edificios, con puertas de arcos de piedra, ventanales góticos y blasones de casas señoriales, entre ellos destacan la Lonja o Casa de la Vila, la Casa de los Miralles, Delme, la Casa de los Monserrats y la Casa de la Plaza. La Iglesia gótica se inició en el s. XIV donde destaca el famoso retablo pintado por Jacomart, dedicado a San Lorenzo y San Pedro de Verona. Por todo ello, su casco urbano ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico.

Paisaje


El término municipal lo conforman dos valles, La Font de Catí y el de Cirers. Presenta una altitud media de 650 m sobre el nivel del mar, aunque también encontramos el Tossal de la Nevera, la segunda altitud más montañosa de la provincia.